Biocombustibles y cambio climático se discutirá en Copenhague

La contribución de los biocombustibles a la mitigación de los cambios climáticos será el tema de un evento que se desarrollará mañana aquí, impulsado por Brasil de forma paralela a la Conferencia de Naciones Unidas.

Un comunicado del ministerio brasileño de Relaciones Exteriores apunta que la reunión busca esclarecer cuestiones relacionadas con los biocombustibles como fuente energética de baja emisión de gases de efecto invernadero.

El encuentro, refiere la información oficial, será presidido por el subsecretario general de Energía y Alta Tecnología de la cancillería brasileña, André Amado.

En la cita, agrega, el negociador jefe de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo Machado, y altos representantes de Estados Unidos y Suecia realizarán breves intervenciones.

Las presentaciones de esos participantes versará sobre las oportunidades de promoción de los biocombustibles a nivel nacional e internacional en el contexto de los cambios climáticos y como forma de acceso a la energía de las poblaciones de bajos ingresos.

De inmediato, sostiene Itamaraty, un panel de especialistas de los ministerios brasileños de Minas y Energías, y de Ciencia y Tecnología, y del Instituto Nacional de Pesquisas Especiales promoverá un debate sobre el asunto, con la participación de académicos y representantes del sector privado, la sociedad civil y la prensa.

En su habitual programa de los lunes Café con el presidente, el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que todos los países tendrán que cambiar su matriz energética y, obviamente, tendrán que pensar en un nuevo combustible, el cual -sentenció- no son más que el etanol y el biodiesel.

Recordó que durante su visita a Alemania la semana pasada, participó en una discusión sobre la cuestión de esos biocombustibles, porque la Unión Europea dicidió hasta 2020 hacer que todos los carros utilicen un 10 por ciento de etanol en la gasolina.

Lula reveló que por tercera vez ya discutió con Alemania la necesidad de hacer una alianza para producir ese combustible nuevo, que el mundo va a precisar, en una asociación entre Brasil y Africa, y los países europeos, Estados Unidos y Japón.

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