sábado, 20 de marzo de 2010

Biojet, biocombustible de aviones para reducir las emisiones de dioxido de carbono CO2

El uso de tecnologías y biocombustibles es necesario para reducir CO2 de aviones.

Aplicar la tecnología en la fabricación de aviones y consumir biocombustibles son necesarios para reducir la emisión de dióxido de carbono (CO2) en el sector de la aviación, según la exposición que hicieron hoy expertos en la Comisión parlamentaria para el estudio del Cambio Climático.

La Comisión Mixta (Congreso-Senado) para el estudio del Cambio Climático analizó hoy el impacto medioambiental que provoca la aviación, en una comparecencia de representantes de los fabricantes Boeing y Airbus, de AENA y del Observatorio de Sostenibilidad en la Aviación (OBSA).

Según los comparecientes, el diseño de aviones de menor peso, fabricados en gran parte con fibra de carbono, y de menor tamaño, con menos consumo de combustible (dado que un kilo de queroseno supone lanzar a la atmósfera 3,16 kilos de CO2), y la búsqueda de nuevos combustibles (biocombustibles) pueden ser la solución para reducir el impacto medioambiental de las aeronaves.

El presidente de Boeing para España y Portugal, Pedro Argüelles, indicó en su comparecencia que el reto que tiene como fabricante de aviones es mejorar un 25 por ciento el uso de combustible de la flota mundial para 2020, que debe crecer aproximadamente un 4,5 por ciento en este tiempo.

Para Argüelles, esta acción debe de ser compartida entre todos para conseguir que la evolución de la tecnología y el uso de biocombustibles permitan mejorar las emisiones contaminantes de la aviación y que actualmente se sitúa en la franja más pequeña, un 2 por ciento del conjunto.

A este respecto, el responsable de Boeing indicó que, si no se buscan estas soluciones, las emisiones pueden alcanzar un 3 por ciento en los próximos años (2026).

Aunque el sector ha llevado a cabo un esfuerzo importante desde 1950, con una reducción hasta ahora de casi el 70 por ciento de emisiones contaminantes, Argüelles incidió en que Boeing está aplicando una fuerte inversión en I+D+i para conseguir el uso de materiales más ligeros, con diseños más avanzados que consuman menos energía.

Cesar Velarde, jefe del proyecto del Observatorio de Sostenibilidad en la Aviación (OBSA), dependiente de la empresa pública de Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (SENASA), destacó que el rápido crecimiento del tráfico aéreo en los últimos años ha incidido profundamente en las emisiones de CO2.

Según el OBSA, con la entrada en funcionamiento del Cielo Único Europeo se va a reducir la emisión de CO2 a la atmósfera en unas 123.240 toneladas por año.

La reorganización del cielo continental va a permitir, además, ahorrar unas 39.000 toneladas de combustible por año, lo que a un coste de 70 dólares el barril supone un menor gasto de al menos 27,5 millones de euros al año.

Para Rafael Acedo, vicepresidente de Estrategia de Airbus Militay, lo más importante de la aviación es la búsqueda de la “eficiencia energética” porque así se consigue reducir las emisiones a la atmósfera.

Por su parte, el director de la División de Medio Ambiente de AENA, José Manuel Hesse, destacó que si bien el transporte aéreo supone el 6,8 por ciento de las emisiones del CO2 a la atmósfera, no todo hay que achacarlo a las aeronaves porque en los aeropuertos hay más elementos contaminantes.

Estas instalaciones generan otros efectos contaminantes, como son los vehículos de apoyo en tierra, los de acceso a los aeropuertos, e incluso las mismas instalaciones que son, según este miembro de AENA, una especie de ciudad en pequeño tamaño.

Fuente: EFE/FINANZAS


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