Los biocombustibles, carburantes obtenidos de cultivos agrícolas o de los restos de ellos (en función de la si la tecnología utilizada para su producción sea de primera o segunda generación), se la juegan el próximo año en España. Y ello después de un 2008 en el que han afrontado la peor campaña mundial en su contra. En enero se estrena en nuestro país la obligación -que ya existe en Holanda, Reino Unido, Francia o Alemania- de mezclar obligatoriamente por parte de las petroleras una parte de bioetanol y biodiésel con gasolinas y gasóleos. El objetivo es lograr una cuota de consumo de biocarburantes sobre el total de combustibles del 3,4% y del 5,8% en 2009 y 2010, respectivamente. Para ello se han establecido cuotas idénticas y separadas para etanol y biodiésel del 2,5% en 2009 y el 3,9% en 2010.
En último término, la meta global aprobada por la Comisión Europea es llegar a que el biofuel represente el 10% del consumo comunitario de carburantes en 2020, cifra que el Parlamento europeo prevé refrendar antes de fin de año, lo que añade más elementos clave de cara a 2009.
Pero, ¿cómo afronta el sector español la aprobación legal de esta obligación? En una situación límite, especialmente en el caso del biodiésel, según refleja un informe de Appa Biocarburantes, patronal del sector. "2009 va a ser el año definitivo con la entrada en vigor de esta obligación, que servirá para que la industria española de este sector demuestre si es sostenible económicamente", asegura Manuel Bustos, director Appa Biocarburantes.
Para Joaquín Ancín, director general de Acciona Biocombustibles, la entrada en vigor de la obligación permitirá a todas las plantas de biofuel existentes en España "funcionar en un escenario de competitividad". Además, señala que la crisis económica no les está afectando especialmente porque las empresas ya han afrontado una situación muy compleja por las críticas internacionales sobre la influencia de la producción de biofuel sobre el precio de las materias primas alimentarias. "Los biocombustibles nunca han sido los responsables de la espectacular subida del precio de los alimentos a escala global, y la mejor prueba es que ahora esos precios están bajando de forma acusada sin que la demanda de biodiésel o bioetanol influya para ello", sentencia el directivo.
En España existen cuatro plantas de etanol (tres de Abengoa y otra de Acciona); y a final de 2008 podrían ser 44 las que fabrican biodiésel, desde las 24 que había a cierre del año pasado, según Appa. La situación en ambos combustibles es muy diferente y hasta junio, sumados, representaron el 1,47% del consumo total de carburante en España, frente al 1,1% de final de 2007, un pequeño salto que aún los sitúa lejos de la meta fijada para el ejercicio 2009 (3,4%).
La cantidad de etanol producida ha sido de 108.000 toneladas en el primer semestre del año, la cifra más baja de la historia por el cierre de la fábrica de Abengoa y Ebro en Salamanca, que se reabrió en verano. El etanol representó el 1,52% del total de la gasolina consumida hasta junio (frente al 1,9% de final de 2007), periodo en el consumo total de cayó un 6,2%.
La entrada en vigor de la obligación permite garantizar la sostenibilidad de esas cuatro plantas, según Bustos. Además, la capacidad implantada en nuestro país sólo se incrementará hasta final de 2010, previsiblemente, con las dos nuevas fábricas de Albiex (Badajoz) e Sniace (Cantabria), lo que hará incluso necesario importar para cubrir el objetivo.
Sin embargo, el gasóleo ecológico sufre una problemática específica más grave. Por un lado, la red de plantas construidas en los últimos años se ha encontrado con un mercado cuya demanda no ha respondido. De ahí que la producción se haya situado en 83.400 toneladas en el primer semestre del año, lo que supone sólo el 16% de la capacidad total implantada en España (en el conjunto de 2007 fue igualmente reducida, del 18%).
Su cuota sobre el total de consumo de gasoil ha sido del 1,46% hasta junio, frente al 0,98% de final de 2007. Pero este aumento de su peso específico no se ha conseguido con producción nacional, sino a través de las importaciones procedentes en especial de EEUU, donde se subvenciona su producción. Si a esa ayuda se le suma la exención del impuesto sobre hidrocarburos en España, las petroleras tiene claro que el biodiésel foráneo es mucho más barato que el nacional. De ahí que, en este primer semestre, el 61% del biodiésel consumido en España (212.700 toneladas) sea importado. Reactivar la compra de biodiésel español dependerá de la investigación anti dumping (venta por debajo de coste) que la UE prevé finalizar a inicios de 2009.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario