Los problemas en las centrales nucleares de Japón pueden convertirse en una oportunidad para que los biocombustibles logren un avance mayor al previsto originalmente.
Así lo asegura Ramón Frediani, docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba.
“Este es el mayor impacto que tendrá la catástrofe natural en la economía argentina, ya que los problemas en las centrales ha despertado un rechazo importante al uso de la energía nuclear. Esto puede dar un mayor impulso a los biocombustibles y a los precios de los cereales”, destaca el economista cordobés.
En el mismo sentido, se pronunció el Ieral, de la Fundación Mediterránea, a través de un informe en el que advierte que los problemas en Japón aplazaron distintos proyectos de construir centrales nucleares en el mundo.
Según proyecciones del Departamento de Energía de Estados Unidos, la participación de los biocombustibles como fuente de generación de energía se duplicará en el período 2007-2035 (ver gráfico).
Los estudios del Gobierno norteamericano dan cuenta de un avance de casi un punto porcentual de la energía nuclear.
“Suponiendo que los biocombustibles sustituyen parcialmente a la fuente energética nuclear, las nuevas condiciones de la economía mundial abren espacios para aumentos de la producción de biocombustibles que van desde el 5,6 al siete por ciento anual, es decir un punto y 2,4 puntos porcentuales de crecimiento adicional al que se proyectaba antes de la catástrofe”, advierte el Ieral en su informe.
Al respecto, destaca que los biocombustibles más utilizados en la actualidad son el etanol producido a base de caña de azúcar, proveniente principalmente de Brasil, o de maíz, generado en Estados Unidos.
A esto se agrega el combustible elaborado a base de diferentes aceites, para lo que se utiliza colza, soja y palma.
Por cada cinco litros de etanol que se fabrica en el mundo, se produce un litro de biodiésel. Estados Unidos y Brasil concentran la producción del 80 por ciento del primer combustible, mientras que la Unión Europea produce el 53 por ciento del biodiésel.
Para el Ieral, la escasez de petróleo en el futuro, sumado a una creciente presión de la comunidad internacional para priorizar fuentes de energía más “amigables” con el medio ambiente, será la “combinación perfecta” para asegurar un “futuro promisorio” a los biocombustibles.
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