El sismo y el tsunami sufridos en Japón este mes cambiaron el contexto económico mundial. Factores como la desaceleración comercial, la disminución en los precios de las materias primas y el debate sobre la energía nuclear presentan, no obstante, un escenario favorable para la Argentina. Las estimaciones mundiales indican un crecimiento en la producción de biocombustibles de hasta un 7%.
Jorge Hilbert, coordinador del Programa Nacional Bioenergía del INTA, sostuvo que en 2010 la Argentina tuvo una capacidad de producción de biocombustibles que superó los 2 millones de toneladas anuales -destinados, en partes iguales, al mercado interno y a la exportación-. Para 2011, la producción aumentaría a 3,2 millones; es decir, un 60% más que en el año anterior". Basado en derivados de materias primas de origen agropecuario, agroindustrial o desechos orgánicos, el mercado argentino de exportación de biocombustibles está entre los tres primeros del mundo y tiene como principal destino a la Unión Europea. "Con una cosecha anual de granos de más de 90 millones de toneladas y con más de un millón de hectáreas de bosques implantados, tiene un gran potencial bioenergético", estimó Hilbert.
Por otra parte, la crisis nuclear vivida en el país asiático puso al descubierto una serie de cuestionamientos con respecto a este tipo de energía. "A pesar de las especulaciones -dijo Hilbert-, resulta imposible que los biocombustibles reemplacen la energía nuclear en materia de generación eléctrica, debido al rol que cumplen y al volumen de energía que producen. A pesar de los cuestionamientos, la demanda y producción de energía nuclear no disminuirá". Explicó que el aporte de los biocombustibles a la matriz energética mundial es limitada. En el caso de los combustibles líquidos, no superan el 10% o 15%".
De acuerdo con Mario Bragachini -coordinador del proyecto de eficiencia de cosecha, poscosecha de granos y agroindustria en origen del INTA-, el intenso crecimiento poblacional traería buenas oportunidades de mercado. "La población mundial crecerá a razón de 80 millones de personas por año. En este contexto, la Argentina tiene una gran oportunidad ya que habrá un aumento en la demanda de bienes de origen agroindustrial entre los que se destacan los alimentos y los biocombustibles", sostuvo.
La agricultura como fuente de recursos energéticos y alimentarios adquirió un desarrollo creciente que impacta sobre los mercados mundiales. Para Hilbert, "son dos producciones que compiten" y explicó que "el INTA estudia fuentes alternativas de biocombustibles y biomasa para bioenergía, que no compiten con la producción de alimentos e incluye las soluciones energéticas a nivel familiar como la colza, el cártamo y la jatropha". Según Bragachini, la producción de alimentos de la Argentina deja un margen amplio para los biocombustibles: "producimos 100 millones de toneladas de granos que son transformados en alimentos con lo que podríamos abastecer a 400 millones de personas en el mundo. Sólo somos 44 millones de habitantes, por lo que tenemos 356 millones de raciones que pueden ser destinadas a biocombustibles".
Fuente: La Gazeta
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