Las granjas de algas para producir biocombustibles están un paso más cerca de convertirse en una realidad gracias a un mejoramiento en la forma en que las azúcares de las algas pueden convertirse en etanol.
Las algas secas se pueden fermentar para producir etanol, pero degradar la galactosa, el azúcar predominante en las algas, es un proceso lento.
Ahora, los investigadores han modificado la expresión de tres genes de la levadura Saccharomyces cerevisiae, que se emplea en el proceso de fermentación para degradar los azúcares en etanol. La cepa mejorada crea más enzimas, lo que implica un aumento de 250 por ciento en la tasa de fermentación de la galactosa en comparación con cepas de control, según un artículo publicado en la última edición de Biotechnology and Bioengineering (marzo).
Yong-Su Jin, uno de los autores del estudio e investigador de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Estados Unidos, dijo a SciDev.Net que su grupo explorará ahora la viabilidad de cosechar y fermentar algas a grandes escalas, lo que podría involucrar el cultivo de plantas a lo largo de líneas de boyas para asegurar que reciban suficiente luz solar.
Las algas pueden producir biocombustibles de forma ambientalmente más sustentable que los cultivos en tierra, dado que no requieren agua dulce o fertilizantes, y tienen el potencial de proporcionar un ingreso a personas en pequeñas naciones insulares del Sudeste Asiático.
Un problema que enfrentan los cultivos para biocombustibles en tierra —tales como la colza en Europa y el aceite de palma en el Sudeste Asiático— es la seguridad alimentaria, dado que éstos usarían tierras que podrían en cambio emplearse para cultivos alimenticios. Además requieren grandes cantidades de agua en momentos en que los sistemas de suministro de agua están recibiendo una presión cada vez mayor.
“La opción natural, obvia [para los biocombustibles] es la biomasa marina”, dijo Jin, agregando que las algas abundan cerca de las costas y ya son cosechadas por muchas naciones para alimentación y medicina.
También podría actuar como un sumidero para el exceso de nutrientes de granjas cercanas de peces, según Peter Schiener, quien trabaja en BioMara, un proyecto británico-irlandés que busca demostrar la viabilidad de los biocombustibles marinos.
“El mejoramiento en las tasas de conversión de galactosa a etanol ciertamente ayuda a incrementar las cosechas y a hacer todo el proceso más económico”, dijo Schiener.
Cualquier país con litoral podría explotar la biomasa marina como una fuente de combustible, agregó. “Países como Chile, Brasil, India y China ciertamente tienen algo que ofrecer aquí”.
Pero Paul Dupree, especialista en biocombustibles de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, advirtió que quedan desafíos prácticos por delante.
Fuente Erbol.com
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