La compañía aérea estatal Finnair anunció que, pese a que lo tenía planificado, no empezará a utilizar biofuel en algunos de sus recorridos. Finnair planeó introducir en 2001 el uso del queroseno que la empresa Neste Oil produce a partir de aceite de palma. Su director medioambiental explicó que el precio y la sostenibilidad de ese biofuel no cumplía con los criterios de Finnair y que la compañía prefería esperar a que haya biofuel producido de materias primas locales.
Finnair anunció su decisión el mismo día que Wetlands International publicó un estudio sobre el daño causado por la expansión de las plantaciones de aceite de palma en Malasia, país que produce el 45% de esta materia prima para biofuel en el mundo. El análisis de Wetlands revela que entre 2005-10 se talaron el 10% de todos los bosques y un tercio de selva tropical con suelo de turba del estado malayo de Sarawak y que dos tercios de esta tala se produjo para aumentar el suelo para la producción de aceite de palma.
Como consecuencia de estudios anteriores de Wetlands sobre las plantaciones de aceite de palma en el Sudeste Asiático, en septiembre de 2010 la Junta Directiva del Mecanismo de Desarrollo Limpio retiró los bonos de carbono para plantaciones de biofuel en suelos de turba.
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